top of page

¿Caminamos?

  • Foto del escritor: Cesia García
    Cesia García
  • 23 jun 2020
  • 3 Min. de lectura

Sales a caminar con tu familia, tal vez con tu pareja o tus amigos, platican de los lugares que hay en la Ciudad de México, los escuchas hablar de los sitios que han visitado y los que tienen que visitar; das otro paso… el DF se esfumó, las voces de aquellas personas que te acompañan desaparecieron; tus pulmones se inundan de aire puro; el sol está ahí, pero los árboles lo esconden y el olor a café comienza a deleitar tu nariz.


Tus pies pueden sentir las piedras que pavimentan la calle, el panorama ha cambiado, ya no es más aquella ciudad que habías visitado muchas veces; ves aquel espectacular que anuncia una obra que se llevará a cabo en el Teatro López Tarso. Es la combinación perfecta; sí, has llegado a San Ángel.


San Ángel es un barrio de la Ciudad de México que está ubicado al sur de ésta; es un lugar lleno de cultura mexicana, en donde todo lo que está aquí, las casas antiguas, los jardines, las construcciones que fusionan las tendencias francesas con la arquitectura tradicional de los pueblos mexicanos; te sitúan en aquellos tiempos del Porfiriato, ya que aquí era sitio de descanso para la élite de la sociedad porfiriana.


Con el paso del tiempo, este lugar quedó incorporado a la Ciudad de México, pero siguió conservando ese toque que lo hace diferente a ésta: sus costumbres y tradiciones.

Este barrio comienza en el pueblito de Chimalistac, lugar de gran belleza tradicional, extendiéndose por un lado hasta Coyoacán y por el otro hasta Tizapá.


San Ángel se caracteriza por sus monumentos, plazas, calles angostas y empedradas; las casas tipo colonial de uno o dos pisos, generalmente de ladrillo o pintadas con colores vivos, con balcones a la avenida, enredaderas y puertas adornadas, así como las pequeñas plazas, particularmente en la zona de San Jacinto.

Los puentes, que ahora pasan sobre ríos entubados, representan también un elemento con estilo colonial característico.


“Es como si ya no estuviera en el DF, como si hubiera ido a otro lugar, de repente me desubiqué, ya no me acordaba que estaba en esta ciudad; es un lugar muy acogedor y hermoso, se puede sentir la cultura que hay, las historias en cada calle”, dijo Ana Camacho, quien fue a caminar con toda su familia.


También este lugar es el ideal para caminar un rato, llenarse de historia y escuchar las leyendas que hay aquí, olvidarse del DF, respirar aire puro, comer en algún restaurante, apreciar las artesanías y tomar un gran café.


San Ángel fue la residencia de varios famosos como Capulina, Consuelo Velázquez, Fernando Fernández, Lupita Palomera, María Elena Marqués, Carmela y Rafael, Martha Roth, Rosita Arenas, Juan Ferrara, Olga Breeskin y Diego Rivera, entre otros.


Historia

Los orígenes de este barrio se remontan en la época colonial, cuando se fundó el Convento de el Carmen; Tenanitla fue su nombre prehispánico, “junto a la muralla de piedra”, ya que éste estuvo protegido por el pedregal gracias a la erupción del volcán Xitle.

Sus habitantes se dedicaban a las artesanías y al cultivo de los campos. El primer conde de Revillagigedo solía frecuentar este lugar. La marquesa Calderón de la Barca elogió este hermoso sitio y describió algunas de sus costumbres y tradiciones en su libro La vida en México.


Las casas se asentaron en los alrededores, y los caminos y mercados se construyeron para comerciar con los productos que cultivaban los religiosos, principalmente hortalizas y conservas.

Ésta se convirtió en un sitio obligado de paseo para la alta sociedad de la época; San Ángel se convirtió en un lugar de descanso y para pasar el verano para los capitalinos que salían de la ciudad rumbo a Tacubaya, Mixcoac o el propio San Ángel, a pasar vacaciones o hacer largas visitas a las casas de campo que rodeaban las plazas.


Entras a ese lugar llamado La Bombilla, donde tus pies te gritaron que pararas y tu estómago te gritaba que tenía mucha hambre; algo viene a tu mente, sí, en este restaurante fue donde mataron a Álvaro Obregón; no te quieres ir sin antes probar las ricas gorditas de maíz, así que vas con aquellas señora que las vende: “me da una bolsita, por favor”.


Sigues caminando, observas cada puesto, los cuadros, las artesanías, incluso, preguntas por aquel muñequito que te gustó tanto y lo compras; entras a una cafetería, “me da un capuchino”, un rico café de Chiapas. Sales y te diriges hacia donde está esa persona que te acompañó, la ves con una gran sonrisa, fue un día encantador y lo sabes, pero tienes que regresar a tu hogar. San Ángel te conquistó y tú volverás a visitarlo, volverás a tener otro día lleno de cultura.


Comments


  • twitter
  • linkedin
  • instagram

©2020 por Cesia García. Creada con Wix.com

bottom of page